Jueves 22 de abril de 1999
Grupo: 3er grado, Asistencia: 27 alumnos, 13:00 a
14:45 horas
Al iniciar las actividades, la practicante le pidió a
un niño, por su nombre (todos los niños tenían un gafete con su nombre), que
leyera en voz alta, en la página 59 del libro de Historia y Geografía de la
entidad, la lección 13 “Regiones Naturales”. La practicante interrumpió la
lectura del alumno y parafraseó el contenido leído. Inmediatamente después
solicitó a otro niño que siguiera leyendo, interrumpió la lectura e interrogó
al resto del grupo respecto al tema de estudio.
Un alumno le pidió un permiso a la practicante para
sacarle punta a su lápiz fuera del salón de clases. Ella se lo concedió.
Mientras diferentes alumnos se turnaban en la lectura
en voz alta, los demás niños seguían el texto con la vista; la practicante
interrumpía la lectura y comentaba lo leído, además de preguntar al agrupo
acerca de lo que se estaba leyendo. Al interrogar a los niños, cuando menos 10
levantaban la mano para contestar. En general el grupo se nota distraído y
aburrido, se escucha un murmullo constante.
Cuando le preguntaba al grupo”quién quiere seguir
leyendo”, casi todos los alumnos levantaban la mano. En este momento dejó de
solicitar lectores, leyó en voz alta lo que faltaba de la lección, comentó lo
leído y a gritos le pidió al grupo que guardara silencio. Los niños comentaban
y respondían a las preguntas de la practicante. Otro niño pidió permiso para ir
al baño, la practicante lo concedió.
Enseguida, les dijo a los niños que cerraran sus
libros y los invitó a participar en un juego preguntándoles: “¿Cómo hacen los
perros?” Los alumnos respondieron “Guau, guau…” “¿Cómo hacen los gatos?”. La
mayoría de los alumnos estaban muy inquietos y la practicante les gritaba que
se ordenaran. Más de diez niños le pidieron permiso para ir al baño. Ella se
los dio, permitiéndoles salir de uno en uno.
Posteriormente, pidió a todos los niños que escogieran un papelito doblado, que lo
desdoblaran y leyeran en voz alta qué tipo de animal les había tocado ser,
mientras dos niños jugaban “lucha libre”. Solicitó al grupo que se pusieran de
pie e hicieran un círculo. A gritos separó cuatro equipos (de cuatro animales
distintos), les repartió un material de trabajo (un rompecabezas) y les pidió
que trabajaran en voz baja. Nuevamente a gritos y golpeando el pizarrón con el
borrador, exigía a los niños que pusieran atención, amenazándolos con ponerles
una mala calificación.
Una vez concluido el trabajo en equipos, la
practicante, elevando todavía más la voz les pidió que regresaran a sus lugares
para que resolvieran un examen del tema
de geografía que habían leído y trabajado en equipos.
La mayoría de los niños resolvió el examen impreso en
unos pocos minutos. Un niño preguntaba frecuentemente “¿Prof., qué hora es?”.
La practicante preguntó al grupo” ¿Quién quiere pasar
a dar una clase acerca de las regiones naturales de la entidad?” Algunos niños
levantaron la mano, ella escogió una niña que pasó al frente y con voz muy
baja (imperceptible para el resto del
grupo) dio su clase a la practicante, quien le entregó un “pase” para que
posteriormente la niña lo canjeara por un premio.
Preguntó “¿Quién más quiere pasar?”. Muchos niños
levantaron la mano; entre ellos escogió a Luisa. Luisa le dio la clase a la
practicante, ésta le dijo “muy bien” y pidió al grupo un aplauso para Luisa.
Solo algunos niños aplaudieron.
Pasó al frente del grupo una niña de nombre Margarita,
dijo que le gustó el rompecabezas y mencionó algunas cosas sobre las regiones
naturales de la entidad.
Después pasó al frente Araceli y dijo que le gustó
mucho el tema de las plantas que existen en la entidad; el grupo estaba muy
desordenado y haciendo mucho ruido, por este motivo solo la escucho la
practicante, quien le hizo preguntas que
la niña respondió. En este momento la practicante dio por terminada la clase.
Ángel Ortiz Tovar